v Lecturas 2012 v v

martes, 8 de mayo de 2012

Te lo dejo dificilongo.


     Lo cierto es que escribir en papel se me dificulta muchísimo: la lentitud para escribir –a comparación de cuando utilizo un teclado, claro-, las dificultades a la hora de hacer correcciones, una horrible caligrafía y el hecho de que siempre acabo manchándome con tinta mis manos de una u otra forma no contribuyen en nada a que escribir por estos medios me resulte atractivo. Prefiero usar la computadora, sin duda, pero en ocasiones sencillamente no es posible utilizarla. Y me espera una de estas ocasiones.
     Suelo escribir todos los días desde que comenzó el año. Suelo escribir en mi computadora, para ser más exactos. No me gustaría perder el hábito pero mañana, por ejemplo, es uno de esos días en los que mis dedos no tocarán ni una sola tecla. Me hice a la idea de que sería buen momento entonces para intentar escribir así mañana, una especie de “por las buenas o por las malas”… Pero no me tengo tanta fe. Intenté hacerme la situación más amena, comprando un par de cuadernillos que me propuse y prometí usar sólo para escrituras de índole literaria pero no puedo estar segura de que me van a funcionar. Por lo pronto sólo me queda esperar y consultar algunas ideas con la almohada.
     Vos, ¿qué medio preferís a la hora de escribir? ¿El papel y la tinta o la pantalla y el código binario? Cual sea la respuesta será interesante de leer. Y deséenme suerte. 

domingo, 6 de mayo de 2012

Intereses dicotómicos.


La verdad es que me ocurrió algo curioso harán ya unos días, algo que aun me mantiene un poco asombrada y, porqué no, que también me desmoralizó un poco: se trata de , de una persona medianamente importante para y de algo que yo llevo hasta la fecha escribiendo. No quiero ahondar en detalles y voy a tratar de no hacerlo; el punto es que mostré mi novela a una persona bien entendida en cuanto a lingüística, literatura y demás en busca de una crítica y, lo admito, un aliciente extra para escribir. Creí que compartir mi “mundillo interior” con otra persona me traería alguna especie de motivación a la hora de escribir, cosa que en estos momentos de mi existencia se me hace más que necesaria en algunos momentos. Fueron cuarenta y siete páginas comprimidas en cinco capítulos, el resultado de cuatro meses de constante y reducido pero diario trabajo –porque en mi nuevo método o se escribe o si no se quiere escribir se escribe igual, todos los días-. Lo entregué, dejé que el tiempo pasara y esperé.
     El dominio del lenguaje era muy bueno, me dijeron. Se adjuntó en las hojas algunas que otras correcciones que en su gran mayoría aun no realicé. Pero ese no es el punto.
     Sabía que mi novela no sería comprensible o atrayente para un número de personas pero nunca sospeché que tendría que encerrar a mi especializada crítica en ese mismo círculo, aunque probablemente por motivos diferentes. No importa cómo me hizo sentir aquello –aunque al fin y al cabo estoy satisfecha de haberle podido arrancar su verdadera opinión-, lo importante es aquella verdad que me puso en frente y que me obligó a ver: no importa lo que escriba, siempre habrán personas a las que les guste y personas a las que no, así como ocurre en todos los aspectos de la vida humana. Visto así no tengo porqué alarmarme, ¿o sí? Mi trabajo no fue malo, no es malo. Simplemente no resultará atrayente a todo el mundo: tengo que ser conciente de ello y tomármelo con calma.
     El resto de mi malestar es puramente subjetivo y personal y no tiene caso que lo divulgue en una entrada. El pecado capital es que ahora mismo no me siento demasiado motivada para escribir, en parte por esto que ya narré y en parte por otros motivos ilógicos que reinan en mi cabeza de fósforo. Así que… En fin, si alguien conoce alguna frasecita zen, un consejo o algo por el estilo para motivarme para escribir que me lo haga saber, me haría bien. Un amigo me recomendó una canción de un tal Silvio Rodrigez que mas o menos se acoplaba a mi situación; se titula Debo partirme en dos y me fue de ayuda.
     Y… wow. Después de tres meses desde la creación del blog subí mi primera entrada personal.